Novena a San Judas Tadeo. Día 8.

“Sabiduría de San Judas Tadeo”


SIGUIENTES DÍAS DE LA NOVENA A SAN JUDAS TADEO

Día 8 de la Novena a San Judas Tadeo

Profundiza en tu devoción, pidiendo la poderosa intercesión del santo de las causas imposibles. Este octavo día, busca su ayuda divina para encontrar paz en medio de la incertidumbre y la solución a tus problemas más apremiantes. ¡Reza con fe y esperanza renovada!


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La señal de la cruz

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios Nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Dios todopoderoso y eterno, te damos gracias por habernos dado a San Judas Tadeo, apóstol y mártir, como intercesor especial en nuestras necesidades. Te pedimos que, por tu intercesión, podamos alcanzar las gracias que tanto necesitamos. Amén.

Meditación: La Sabiduría de San Judas Tadeo

San Judas Tadeo es conocido por su profunda sabiduría, que no provenía de la inteligencia humana, sino del Espíritu Santo que lo iluminaba. Fue un ferviente predicador del Evangelio, llevando la verdad de Cristo a muchos corazones.

Su Epístola, incluida en el Nuevo Testamento, está llena de consejos y advertencias dirigidas a los primeros cristianos, exhortándolos a mantenerse fieles a la verdadera fe y a rechazar las falsas doctrinas.

Reflexión

Reflexionemos hoy sobre la sabiduría que San Judas Tadeo recibió de Dios y cómo podemos buscar esa misma sabiduría en nuestra vida. Pidámosle que nos ayude a discernir siempre la voluntad de Dios, a actuar con prudencia y a buscar la verdad en todas nuestras decisiones.

Oración a San Judas Tadeo

Glorioso San Judas Tadeo, apóstol sabio y prudente, te pedimos que intercedas por nosotros para que podamos recibir la sabiduría que proviene de Dios. Que, como tú, podamos buscar siempre la verdad, actuar con justicia y discernir la voluntad divina en nuestras vidas.

Oh San Judas, que tu ejemplo nos inspire a estudiar y meditar las Sagradas Escrituras, y a dejarnos guiar por el Espíritu Santo en todos nuestros pensamientos, palabras y acciones. Ayúdanos a vivir con sabiduría, no buscando la gloria de este mundo, sino el conocimiento y la comprensión de las cosas de Dios. Amén.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

Padrenuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Letanías de San Judas Tadeo

Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, un solo Dios, ten piedad de nosotros.

San Judas Tadeo, pariente de Jesús y María, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, que viviste en íntima familiaridad con Jesús y María, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, dotado con humildad de corazón, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, lleno de fe y confianza, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, inflamado con el fuego del divino amor, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, purificado de toda mancha, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, dedicado a la práctica de todas las virtudes, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, tan querido por Jesús, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, que obtuviste favores y gracias especiales de Jesús, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, que recibiste el Espíritu Santo en el día de Pentecostés, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, que predicaste el Evangelio en Persia, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, que hiciste grandes milagros con el poder del Espíritu Santo, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, que volviste a tantos pecadores al camino de la salvación, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, que soportaste gloriosamente el martirio por amor a tu Divino Maestro, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, auxilio de los afligidos, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, esperanza del desesperado, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, refugio de los desvalidos, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, patrón de las causas desesperadas, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, abogado de casos imposibles, ruega por nosotros.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten misericordia de nosotros.

Oración Final

Oh glorioso apóstol San Judas Tadeo, siervo fiel y amigo de Jesús, el nombre del traidor que entregó a tu amado Maestro en manos de sus enemigos ha sido causa de que tú seas olvidado por muchos, pero la Iglesia te honra e invoca universalmente como patrón de los casos difíciles y desesperados.

Ruega por mí, que soy tan miserable; haz uso, te ruego, de ese privilegio especial a ti concedido de traer visible y pronta ayuda donde la ayuda es casi desesperada.

Ven en mi ayuda en esta gran necesidad, para que pueda recibir los consuelos y socorro del cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y sufrimientos, particularmente (mencionar aquí la gracia deseada), y para que pueda alabar a Dios contigo y con todos los elegidos por toda la eternidad.

Te prometo, glorioso San Judas Tadeo, nunca olvidar este gran favor; honrarte siempre como mi especial y poderoso patrono, y con agradecimiento hacer todo lo que pueda para fomentar tu devoción. Amén.

Ruega por nosotros, San Judas Tadeo, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.


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